El objetivo del proyecto era transformar el antiguo espacio de CULT-o en un espacio CULT-ural: un auditorio y un equipamiento para el pueblo. Todo ello siguiendo un hilo argumental: el respeto por los elementos historicos, entendiendo por históricos también todas aquellas transformaciones que el tiempo había realizado sobre el edificio original, como las entradas de luz en las que se habían convertido los derrumbes de la cubierta.
Pero todo el respeto hacia lo antiguo ha de combinar con una emoción hacia lo moderno, una heterogeneidad que consigue Closes introduciendo mobiliario y acabados de gran modernidad y sobriedad, permitiendo que el pasado se exprese sin más adornos que una escénica iluminación y unos accesos mediante rampas y escaleras que definen un recorrido circular en el interior del edificio que permiten contemplar el edificio como si fuera una obra de arte. Un paseo arquitectónico del agrado de Le Corbusier.
Uno de los principales objetivos a la hora de la distribución de los nuevos espacios culturales era conseguir mantener la libertad y calidad espacial del espacio basilical.
